31 mayo 2010

Consejos para mejorar la comunicación


Si las habilidades de comunicación son esenciales para el desarrollo de nuestro trabajo, un buen ejercicio sería analizar cómo comunicamos en el momento presente, qué resultados obtenemos, cuán importante es la comunicación en nuestra profesión, y cómo debemos comunicar para llegar a nuestros objetivos.


¿Y qué podemos hacer para alcanzar esta mejora? Piensa que del impacto de un mensaje un 93 por
ciento corresponde a la comunicación no verbal y sólo un siete por ciento a la verbal.


De ese 93 por ciento, un 38 por ciento tiene que ver con el paralenguaje, es decir, con el tono de voz empleado, la velocidad, el ritmo, los matices vocales, la respiración, las pausas, entre otros; y un 55 por ciento se desprende de la quinésica: los gestos, las posturas, las miradas, etcétera.




Estos son algunos consejos generales a poner en marcha en cualquier situación:


* Mantener la mirada, el contacto ocular con el que se está expresando. La calidez que transmiten los ojos es muy potente.
* Indicar que se escucha diciendo sí, sin entorpecer el discurso del otro, y afirmando con la cabeza.
* Utilizar la sonrisa como elemento de confianza y cercanía, y para relajar tensiones.
* Responder a los sentimientos que están detrás de las palabras, mostrando que se comprende. No se trata de ser simpático ni empalagoso, sino de ser empático y asertivo.
* Mirar a la cara de la persona que tenemos enfrente, tanto cuando nos toca hablar como cuando
escuchamos. Es un acto que refrenda al otro como identidad singular. Quien sabe escuchar y se
interesa por los sentimientos de sus interlocutores, atrae sentimientos positivos.
* Tener en cuenta nuestro movimiento corporal y expresión facial, y coordinarlo con nuestra forma de hablar y de escuchar. Una descoordinación ofrecerá una señal de incongruencia.
* Atender a la respiración, tono y modulación de voz: nos informan de nuestras emociones y ayudan a que transmitamos bien el mensaje.
* Huir de los estereotipos, ya que marcan y condicionan las respuestas y las actitudes. En cualquier caso, siempre debemos validar nuestras primeras impresiones.
* No expresar inicialmente el propio acuerdo o desacuerdo. Los seres humanos solemos acompañar de argumentaciones a nuestras afirmaciones, deja que fluyan.
* Si no estás seguro de estar entendiendo el mensaje en su totalidad, resume de vez en cuando lo que escuchas para comprobar si se ha comprendido o no.
* No menospreciar al que habla o su forma de hacerlo. Recuerda que todos somos iguales, que no te pierdan los modos.
* Compartir opiniones, sentimientos y emociones con quienes nos rodean. No ser tan reservados porque no conduce a nada.
* Aceptar opiniones diferentes a las nuestras es de sabios, porque nos ayudan a ver todas las caras del mundo y nos abren nuevas puertas. Reflexiona sobre las nuevas visiones y piensa si hay algo que quieras aprovechar de ellas.
* Eliminar los obstáculos que frenan y entorpecen la comunicación: acusaciones, exigencias, juicios de valor, prejuicios, generalizaciones, negatividades y silencios.
* Todos tenemos un espacio vital, ponemos nuestros límites físicos y emocionales. Es bueno conocerlos para no invadir un terreno que alguien puede entender como exclusivo.
* La ternura, la amabilidad y la afabilidad en la charla sólo traen cosas buenas, no les tengas miedo. Prediquemos con el ejemplo empezando ahora.


En cuanto a las conversaciones, ya se den en el ámbito laboral o social, hay que permanecer atentos a distintos planos:


* Dejar hablar a nuestro interlocutor. El monólogo es siempre aburrido.
* Canaliza la conversación hacia aquellas materias en las que los demás se sientan cómodos.
* Los charlatanes nunca son bienvenidos.
* Dinero, religión, salud y política son temas pocos aconsejables.
* Los viajes, las tendencias, la actualidad, la cultura, son siempre buenos temas.
* No te muestres demasiado abatido ni demasiado exultante. Busca siempre el equilibrio.
* No hables ex cátedra, parecerás un pedante.
* No se le quita la palabra a nadie ni se cambia bruscamente de conversación.
* Cuidado con hacer juicios de los ausentes.
* No te diviertas a costa de otro.
* Los celos y la envidia son pecados muy comunes. Huye de ellos.
* Las carcajadas que suenan a burla y los estruendos sonoros desagradables son una molestia que
puede generar vergüenza ajena. Ríe con mesura cuando haya razones para ello.
* En nuestra sociedad, el tuteo es una práctica generalizada pero tiene sus límites. Estáte atento.
* Cuidado con los chistes, gracias, ocurrencias y juegos de palabras, se pueden volver en tu contra o hacer que el otro se sienta fuera de lugar.
* Las vulgaridades no dicen nada bueno de nosotros.
* Cultiva el idioma, lee. Aléjate de los anglicismos y las expresiones extranjeras.
* No abuses de las muletillas.


Los teléfonos móviles, totalmente introducidos en nuestro modo de vida, no tienen por qué estar siempre presentes:


* Apágalos en sitios inapropiados, como conciertos, cines, actos públicos, reuniones con clientes, entrevistas de trabajo.
* No te hagas notar con ellos ni hables en voz alta (a nadie le importa tu vida).
* En una comida o cena no lo pongas sobre la mesa, parecerá que te importa más la llamada que la
conversación.
* Si suena, no interrumpas la conversación para cogerlo, ya verás la llamada más tarde (a no ser que sea una cuestión de vida a o muerte).


Autor: Helena López-Casares Pertusa
Editora senior de LID Editorial y Profesora de comunicación en Formaselect y EUDE.

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