29 abril 2010

Los hombres lobos de Castronegro





“Los lobos acechan en las sombras. 
¿Podrán los aldeanos de Castronegro evitar una masacre?”.

Una noche en un pueblo maldito: uno por uno, los aterrorizados aldeanos se convierten en cena para los hombres lobo, así que intentan defenderse de la mejor forma que encuentran, linchando a los sospechosos.
¿Puedes convencerlos de que eres inocente, mientras los devoras a todos?.


Voy a hablaros de un divertidísimo juego para grandes grupos (¡de 8 a 18 jugadores!), los "hombres lobo de Castronegro".Es un juego perfecto para grandes reuniones. 


Todos los jugadores son campesinos, algunos de los cuales tienen la suerte de poseer habilidades especiales (el ladrón, que podrá robar cartas, la vidente, que podrá descubrir la identidad de los jugadores, la bruja que preparará pociones, etc). Cuando cae la noche, algunos de ellos se transforman en hombres lobo, les entra gusa y devoran a un aldeano. Por la mañana, los aldeanos descubren el pastel, y aterrorizados, hacen lo que haría cualquiera, cogen al que peor rollo les da y lo linchan, sin saber si es un hombre lobo o un vecino cualquiera, ya que nadie conoce las identidades de los demás, es decir, que los hombres lobo también tendrán voz y voto, y puedes estar seguro de que meterán cizaña.


Si los aldeanos consiguen matar a todos los hombres lobo, el pueblo se salvará. De lo contrario, los hombres lobo se pondrán de aldeanos como el tenazas y ganarán la partida. Otra opción es que todos mueran y solo queden los enamorados...


El juego se desarrolla casi como un cuento. Un jugador hará de narrador, e irá marcando los momentos del juego (amanecer/anochecer, descubrimiento del cadaver, llamar a cada personaje para que ejecute su poder, etc). Los jugadores deberán permacener con los ojos cerrados para no saber quien es quien cuando el narrador los llame. Después se producirá el debate/discusión para ver quien ha podido ser y averiguar quien es quien.


Parte de la gracia del juego está en el talento del narrador para ambientar la partida, bien como cachondeo, bien como historia de suspense, animando los debates, etc, incluso puede cambiar la ambientacion de la partida cambiando los hombres lobo por vampiros, canibales, vendedores de seguros, asesionos, etc. El juego permite variantes, y dependerá de la voluntad de los jugadores para animar y orientar la partida en un sentido un otro, para no mirar por el rabillo del ojo, y para meterse en el papel.


Anexos:





La historia de Pepe (parte 2ª - El análisis)

Pongámonos a analizar la historia de Pepe de la entrada anterior. Para empezar, tengo que reconocer que nunca he entendido eso de: “Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo” ¿Alguien entiende qué significa? ¿Que el bienestar le sobraría como para llenar a otro? No sé, parece un inextricable koan zen. Pero sigamos.
Pepe dice: “Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Todo en la vida es cuestión de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges como reaccionas ante cada situación, tú eliges como la gente afectará tu estado de ánimo, tú eliges estar de buen humor o mal humor. En resumen, tú eliges cómo vivir la vida” Entonces… ¿Por qué no escoge no ser una víctima de los atracadores y comprueba si así no le atracan? ¿Por qué elige ponerse nervioso en lugar de estar tranquilo? Súper Pepe es un fanfarrón, sólo le falta la capa. La verdadera calidad de las personas se demuestra en los momentos difíciles, porque en los fáciles cualquiera puede vanagloriarse de ser poseedor de cualidades heroicas.
Si el comienzo de la historia de Pepe no resiste el más mínimo análisis crítico, el resto continúa adornando este paradigma de la estulticia: “Cuando estaba tirado en el suelo, recordé que tenía dos opciones: Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir.” ¿Cómo hace uno para elegir vivir si le han pegado un tiro en el corazón? ¿Se puede? ¿Y funciona? ¿Y si el tiro le hubiese dado en la cabeza? ¿Podría elegir vivir y viviría? En fin. En la vida hay muchas situaciones en las que el resultado no depende de uno mismo, y mucho menos de la voluntad de lograr un objetivo, sino de circunstancias ajenas al propio control, físico o mental: “Casamiento y mortaja, del Cielo baja”, dice el refrán. ¿No hubiese sido más inteligente que el primer pensamiento fuese llamar al 112? Parece al menos una forma más sabia de elegir vivir, ¿no?. Y ponerse a hacer acto de contrición por si acaso no llega a tiempo la UCI móvil y toca morir.
Pero Pepe no se murió, claro, porque había elegido vivir, así que puede continuar relatando a su amigo:”Cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de los médicos y enfermeras, realmente me asusté.” Pero… ¿no habíamos quedado en que Pepe era Juan Sin Miedo redivivo? ¿Cómo sería ahora su gemelo? “Mientras reían, les dije: estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto.” Y claro, entonces los médicos cambiaron totalmente el protocolo de la intervención, porque en realidad dudaban entre ponerse a jugar al mus sobre sus tripas o darle una muerte digna, porque faltaban camas en el hospital. ¿Puede concebirse puerilidad más grande? A los muertos no se les opera, se les hace la autopsia.

Las falsas expectativas
Historias aparentemente benefactoras e inocuas como estas, pero realmente tan hiperbólicas, crean falsas expectativas, entusiasmos a corto plazo e insatisfacciones a medio y largo. La ley del péndulo. Incluso el inefable Goleman advierte –sobre los demás, claro, que tonto no es–, como el pnlista McWhirter, del efecto boomerang o champagne de estas estrategias: O se vuelven contra ti mismo o no hay quien se lo trague al día siguiente. Han sido construidas como parte de una estrategia comercial cuasiperfecta para engañar a los incautos, desorientados e insatisfechos que, como es normal, no son como Pepe. Nadie –casi– lo es.
Yo conocí a uno, en mi barrio, de chaval. Le preguntaban si era el tío más atrevido y decía que sí, ufano. Le decían que se metiera un dedo en el ojo y lo hacía. Que se diera un cabezazo contra la pared y se lo daba. No sé cómo habrá terminado la pobre criatura.
Todas las personas normales tenemos miedos e inseguridades, de modo que cuando al cerebro se le presenta un modelo semejante establece automáticamente una comparación con el propio autoconcepto en la que normalmente éste sale mal parado. Y de esa insatisfacción se sirven para ofrecer el caramelo envenenado: una vez presentado el modelo perfecto de ser humano y metido en la boca del lobo formativa, uno desea –como el heroinómano el chute– su ración de placenteras beta endorfinas que compensen el displacer al precio que sea, incluso anulando su sentido crítico: “¡Yo quiero ser así de guay!”. Sólo que enganchan, y uno termina por convertirse en adicto a estas patrañas en una interminable huída –de la realidad– hacia delante, generándose ejércitos de majaras, quijotes y caballeros de armaduras oxidadas salvadores del mundo, fácilmente manipulables con burdas estrategias emocionales para críos, previo pago de su importe, claro.

El miedo
El miedo es una estrategia adaptativa en la evolución del ser humano. Si nuestros ancestros no hubiesen sido dotados de la estrategia del miedo frente a los depredadores, la oscuridad, las alturas, los enemigos, la infidelidad… ninguno estaríamos aquí.
La cuestión no es pues aceptar la invitación a desarrollar la peligrosa competencia de no tener miedo a nada, sino eliminar miedos no adaptativos, miedos irracionales... que son los que pueden perjudicarnos. Mantener nuestros miedos adaptativos es útil para sobrevivir, a no ser que queramos estrellarnos contra el autobús que se aproxima perpendicular a nuestra dirección sin detenernos ante el semáforo que encontramos en rojo, o pretender no salirnos de la carretera en aquella curva con recomendación de 50 que tomamos a 170.

Los responsables
Los responsables de esta desorientación son la popularización de la psicología gracias al fenómeno autoayuda, el intrusismo profesional, el afán de ser el más listo y más mejor líder del mundo mundial del insatisfecho carente de la formación mínima adecuada –escritorcillos engreídos, coaches de cursillo de fin de semana, gurus de medio pelo y adictos al THC– que nos regalan estas patologías sociales que conducen al recesivo relativismo.
Por eso es tan importante introducir la neurociencia y el entrenamiento virtual a través de este sector de los RRHH. De una parte, ayudaremos a la ideología happyhippy a dar un decidido paso al frente al borde del precipicio, y de otra, devolveremos a los vanidosos charlatanes de feria al departamento comercial, que es el lugar que les corresponde. Porque no está el horno para frivolidades.

26 abril 2010

La historia de Pepe (parte 1ª - El relato)










Pepe era el tipo de persona que te encantaría ser. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba como le iba, el respondía:
-Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo.
Era un jefe único, tenía varias camareras que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que las camareras seguían a Pepe era su actitud ante la vida.

a un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Pepe estaba ahí para decirle al empleado como ver el lado positivo de la situación. Ver este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Pepe y le pregunte:
- No lo entiendo… no es posible ser una persona positiva todo el tiempo ¿Cómo lo haces?…
Pepe respondió:
- Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: Pepe, tienes dos opciones hoy, puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Escojo estar de buen humor.
- Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello.
- Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida.
- Sí, claro, pero no es tan fácil -protesté.
-Sí lo es -dijo Pepe-. Todo en la vida es cuestión de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges como reaccionas ante cada situación, tú eliges como la gente afectará tu estado de ánimo, tú eliges estar de buen humor o mal humor. En resumen, tú eliges cómo vivir la vida.
Reflexioné en lo que Pepe me dijo… Poco tiempo después, dejé la hostelería para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Pepe, cuando tenía que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar contra ella.
Varios años más tarde, me enteré que un día fue asaltado por tres ladrones armados. Mientras  trataba de abrir la caja fuerte, su mano, temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon. Con mucha suerte, Pepe fue encontrado relativamente pronto y llevado urgentemente a un hospital. Después de ocho horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Pepe fue dado de alta, aún con fragmentos de bala en su cuerpo.
Me encontré con Pepe seis meses después del atraco y, cuando le pregunté cómo estaba, me respondió:
- Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo.
Le pregunté que pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó:
- Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el suelo, recordé que tenía dos opciones: Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir.
- ¿No sentiste miedo? -Le pregunté.
Pepe continuó:
- Los médicos fueron geniales. No dejaban deque iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de los médicos y enfermeras, realmente me  asusté. Podía leer en sus ojos: Es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión:
- ¿Qué hiciste? Pregunté.
- Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundo grite: ¡Si, a las balas! Mientras reían, les dije: estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto.
Pepe vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendió que cada día tenemos la elección de vivir plenamente, la actitud, al final, lo es todo.
Recuerda, sólo se frustran aquellos que dejan de ver la parte positiva de sus resultados y de la vida…

07 abril 2010

Liderazgo y Motivación: ¿Qué caracteriza a un líder? ¿Cómo ser líder?

Sólidos valores y principios


Al margen de las múltiples definiciones, teorías e investigaciones científicas que tratan sobre el tema del liderazgo, el prototipo considerado como líder dentro de cualquier organización es una persona centrada en principios y valores, por los cuales está dispuesto a luchar y preservar hasta alcanzar los resultados que espera.

Una de las características o cualidad más importante que tienen en común estas personas es que son preactivas, es decir que tienen un alto sentido de la responsabilidad, lo que equivale a responder con habilidad ante las diferentes circunstancias que se le presentan en la vida. Son personas que, lejos de reaccionar ante los hechos, prefieren responder ante ellos.

Un líder que dirija equipos de trabajo tiene que comprender que su papel es de entrenador, en lugar de jefe, que su labor es proporcionar instrucción, dirección, consejo y estímulo para ayudar a los miembros de su equipo a mejorar su desempeño. Otras características fundamentales del líder:

Responsabilidad. Un líder tiene una posición de privilegio, antes de hacer una promesa debe asegurarse de que la puede cumplir.

Trabajar en equipo. Aprender a delegar confiando en las personas que le rodean y dejando que asuman sus propios retos. Controlar los riesgos que puedan llegar a tener para que el éxito no se pierda.

Fomentar la comunicación. Tratar de ser muy claro en las ideas y saber escuchar cuando alguna persona del equipo esté diciendo alguna idea. Esto es básico para triunfar y para conocer las necesidades del equipo.

Resolver conflictos. Es muy importante que cuando se está bajo presión se pueda pensar con calma y proponer soluciones válidas sin dejarse llevar por el pánico,

Cuestionar los problemas. Es su obligación buscar nuevas formas para llevar a cabo un proceso, aunque ello implique riesgos.

Definir objetivos. Antes de poner en práctica un proyecto se debe conocer el trabajo a la perfección y los pasos a seguir para lograr llegar a las metas fijadas.

Ser positivo. Trabajar en equipo implica reconocer las contribuciones que cada miembro haga. Es importante aprender sus nombres y conocer sus límites y mejores cualidades

Controlar las emociones. Un líder debe demostrar ser una persona equilibrada y que tenga el control de sus emociones, tanto en los momentos de triunfo como en los de fracaso. La arrogancia nunca debe ser parte de su personalidad.


CONSEJOS

1. Lo que caracteriza a un líder es su habilidad para conducir equipos: Consigue que cada miembro trabaje y aporte lo mejor de sí mismo en la lucha por alcanzar un objetivo común.

2. En las metas que plantea el líder persigue tanto el bien de la empresa como el particular de cada uno de sus miembros.

3. El líder tiene que saber priorizar y acto seguido sabe delegar.

4. Esta es una de las características fundamentales del líder, el saber contagiar su entusiasmo, el conseguir que el equipo siga, que comparta sus objetivos.

5. El líder debe ser una persona coherente, capaz de mantenerse firme a sus principios y de no renunciar a ellos en pro de su carrera profesional


Fuente: Desconocida
Autor: Gerardo Crespo Riestra (www.azaranet.com)

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